Hipertensión

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica que se produce cuando los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos.

Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las partes del cuerpo. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear y mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de otros órganos principales, como el cerebro y los riñones.

En ocasiones, la HTA causa dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre. La mayoría de las personas con hipertensión no muestran ningún síntoma hasta que no se padece una patología asociada, y por eso a esta enfermedad se la conoce como el "asesino silencioso"1.

Según el estudio Di@bet.es, el 42,6% de la población española sufre hipertensión, si bien el 37,4% de los afectados están sin diagnosticar2. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 1.100 millones de personas en todo el mundo padecen este trastorno que causa casi la mitad de todas las defunciones por accidente cerebrovascular o cardiopatía3.

La propia OMS estima que la HTA provoca cada año 7,5 millones de muertes, el 13% del total de fallecimientos que se producen a nivel global3. En España, los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que las enfermedades hipertensivas fueron las causantes de 11.854 decesos durante 2019, una cifra que duplica la registrada en el año 20044.

La hipertensión arterial supone una mayor resistencia para que el corazón ejerza presión sobre las arterias y que éstas conduzcan la sangre a los órganos del cuerpo. Para hacer frente a este sobreesfuerzo, el corazón aumenta su masa muscular, lo que puede desembocar en insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

Las arterias también se endurecen para soportar la presión alta, lo que, a su vez, puede dificultar el paso de la sangre; es lo que se conoce como arterioesclerosis, que puede derivar en complicaciones graves, como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral5.

Sin el tratamiento y control adecuados, la hipertensión se asocia a un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad, por lo que resulta fundamental prevenir su aparición y cumplir correctamente las indicaciones médicas y los controles establecidos3.

La pandemia de la COVID-19 ha supuesto para muchas personas con hipertensión arterial y otras enfermedades crónicas la interrupción de su seguimiento, lo cual puede conllevar importantes riesgos para la salud de los pacientes.

Algunos estudios ponen ya de manifiesto que el confinamiento decretado durante la primera ola de la epidemia supuso una importante pérdida en el control de los pacientes hipertensos. Así, una encuesta realizada desde la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) entre pacientes hipertensos muestra que el 71% de los participantes consideraba su presión arterial controlada, aunque, de ellos, un 11% admitía no saber qué era la hipertensión y el 46% desconocía cuáles son los valores que marcan la existencia de niveles de tensión altos. Un 9,6 % de los encuestados no se controlaba nunca la presión arterial antes del confinamiento, pasando al 46,3 % durante el periodo de aislamiento6.

 

Complicaciones de la hipertensión

La hipertensión es la causa prevenible más importante de enfermedades cardiovasculares e ictus. Sin embargo, con frecuencia puede pasar inadvertida debido a que sus síntomas no son reconocibles hasta que no aparece una patología asociada.

Cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de que se produzcan daños en el corazón y en los vasos sanguíneos de otros órganos principales, como el cerebro y los riñones1,5.

Algunas de las complicaciones asociadas a la hipertensión son1,5:

  • Arterioesclerosis (arterias rígidas y estrechas), que puede derivar en complicaciones graves, como infarto de miocardio, aneurisma, ictus, hemorragia o trombosis cerebral.
  • Arritmias
  • Insuficiencia cardiaca
  • Angina de pecho
  • Dilatación de aurícula izquierda
  • Hipertrofia del ventrículo izquierdo
  • Insuficiencia renal
  • Deterioro cognitivo
  • Ceguera

 

Si convives con alguna enfermedad crónica, no te quedes en pausa. Contacta con tu centro sanitario y retoma tus visitas de seguimiento.

 

Recursos sobre hipertensión

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Referencias:

  1. Organización Mudial de la Salud (OMS): https://www.who.int/features/qa/82/es/
  2. Menéndez E, Delgado E, Fernández-Vega F, Prieto MA, Bordiú E, Calle A, Carmena R, Castaño L, Catalá M, Franch J, Gaztambide S, Girbés J, Goday A, Gomis R, López-Alba A, Martínez-Larrad MT, Mora-Peces I, Ortega E, Rojo-Martínez G, Serrano-Ríos M, Urrutia I, ValdésS, Vázquez JA, Vendrell J, Soriguer F. Prevalence, Diagnosis, Treatment, and Control of Hypertension in Spain. Results of the Di@bet.es Study. Revista Española de Cardiología. Vol. 69. Núm. 6. DOI: 10.1016/j.recesp.2015.11.036
  3. Organización Mudial de la Salud (OMS) – La hipertensión: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hypertension
  4. Instituto Nacional de Estadística (INE): Defunciones por causa - Años 2019 y 2014: https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=7947
  5. Fundación Española del Corazón https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html
  6. Penín A, Villasuso B, Prado Á, García E, Ruiz F, Busquets A, Aguilera F, Prats R. Cambios en el paciente hipertenso durante el confinamiento, por pandemia COVID-19, que podrían modificar su riesgo cardiovascular (RCV): conocimiento de la enfermedad y control de presión arterial (PA) (2/4). Farmacéuticos Comunitarios. 2020 Nov 05; 12 (Supl 2. Congreso SEFAC 2020): 393

 

 

 

 

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